Hoy llegaba a uno de mis coles un poco
sobrecargada por un arranque de curso lleno de sinsabores, recortes , y una delegación y consejería que nos da la espalda ante
necesidades reales de nuestro alumnado.
Hoy llegaba con el ánimo disperso, y las
energías revueltas.
Al llegar, un alumno rumano que se ha ido al
instituto me había dejado una carta:
Hoy me he ido con la esperanza de que
todavía existen razones para seguir trabajando con energías y con el ánimo
contento!